lunes, 21 de diciembre de 2015

EL ORIGEN DE LA NAVIDAD: NACE EL SOL, DESDE MAÑANA SE ALARGAN LOS DÍAS

El solsticio de invierno de 2015 será mañana 22 de diciembre (a las 05:48h, hora peninsular española). La noche más larga del año en el hemisferio norte.
Los solsticios son los momentos del año en los que el Sol alcanza su mayor o menor altura aparente en el cielo, y la duración del día o de la noche son las máximas del año, respectivamente. 
Este comportamiento es, además, inverso en cada hemisferio, por lo que éste será el solsticio de invierno en el hemisferio norte, y de verano en el hemisferio sur. Esta de hoy será la noche del año más larga en el hemisferio norte en que vivimos.

En el solsticio de diciembre, en especial en las culturas romana y celta, se festejaba el regreso del Sol. A partir de esta fecha los días empezaban a alargarse. Esto se atribuía a un triunfo del Sol sobre las tinieblas, que se celebraba con fogatas. Posteriormente la Iglesia católica decidió situar en esa misma fecha, el 25 de diciembre, la Natividad de Jesucristo, corrigiendo así al mismo tiempo el significado de la festividad pagana previa, denominada Sol Invictus

Las estaciones dependen de la inclinación del eje de rotación de la Tierra respecto al plano de su órbita, y no de la mayor o menor distancia entre nuestro planeta y el Sol. Por ello, las estaciones están invertidas entre ambos hemisferios, pues cuando tenemos el día más largo en uno (y, por tanto. más horas de radiación y más concentrada), sucede lo opuesto en el otro.

En una fecha tan señalada están ocurriendo cosas curiosas en el planeta. En la región al norte del Círculo Polar Ártico no saldrá el Sol, mientras que, en la región al sur del Círculo Polar Antártico, el Sol no se pondrá y permanecerá en el cielo girando alrededor del observador

Las civilizaciones más antiguas (incluso extremadamente aisladas, como puede ser la de la Isla de Pascua) ya conocían estas efemérides perfectamente, existiendo festejos relacionados con los mismos en casi todas las civilizaciones. Incluso hay quien propone que en la Edad de Piedra podrían haber poseído ya este conocimiento. La astronomía suele estar relacionada con gran número de festividades en nuestra cultura. Al igual que la Luna llena marca las fechas de la Semana Santa y de los Carnavales, la Navidad o la noche de San Juan están relacionadas con los solsticios, festejos heredados de festividades paganas. 
 

En Europa, ante la llegada de los solsticios, desde tiempos prerromanos, se han realizado diversas celebraciones y rituales, con hogueras.
Del solsticio de junio se pueden citar las famosas hogueras de la Festividad de San Juan, que tienen lugar en España y en otros países del hemisferio norte, para celebrar el solsticio de verano. Éstas provienen de festividades anteriores a la natividad del cristianismo, aunque actualmente se conmemoren con ese nombre.
En Sudamérica los pueblos originarios celebran el comienzo de su nuevo año en junio, en el solsticio de invierno. Por ejemplo, los pueblos andinos celebran el Inti Raymi.


El solsticio puede haber sido un momento especial del ciclo anual del año, incluso durante el periodo neolítico. Eventos astronómicos controlados en la antigüedad, como el apareamiento de los animales, la siembra de los cultivos y la medición de las reservas entre las cosechas de invierno muestran cómo las diferentes mitologías y las tradiciones culturales han surgido. Esto es comprobado por la física que se mantiene en los diseños de finales del Neolítico y la Edad de Bronce, como en los sitios arqueológicos de Stonehenge (en Gran Bretaña) y Nueva Grange (Irlanda).

El solsticio de invierno puede haber sido inmensamente importante porque las comunidades iban a ser privadas de muchas cosas durante el invierno, y tenían que estar preparados en los últimos nueve meses. El hambre era común en invierno, entre enero y abril, también conocida como «meses de la hambruna». En los climas templados, el festival de pleno invierno fue la última fiesta de celebración, antes del comienzo del invierno. La mayoría de los animales eran sacrificados para no tener que alimentarlos durante el invierno, por lo que prácticamente era el único momento del año para el suministro de carne fresca disponible. La mayoría de vino y cerveza durante la cosecha anual estaba finalmente fermentada y lista para beber en este momento.
 

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